domingo, 20 de diciembre de 2009

martes, 8 de diciembre de 2009

La casa de Asterión


El Aleph (1949)


Y la reina dio a luz un hijo que se llamó Asterión.
Apolodoro: Biblioteca, iii, I.


Sé que me acusan de soberbia, y tal vez de misantropía, y tal vez de locura. Tales acusaciones (que yo castigaré a su debido tiempo) son irrisorias. Es verdad que no salgo de mi casa, pero también es verdad que sus puertas (cuyo número es infinito)[1] están abiertas día y noche a los hombres y también a los animales. Que entre el que quiera. No hallará pompas mujeriles aqui ni el bizarro aparato de los palacios pero si la quietud y la soledad. Asimismo hallará una casa como no hay otra en la faz de la tierra. (Mienten los que declaran que en egipto hay una parecida). Hasta mis detractores admiten que no hay un solo mueble en la casa. Otra especie ridicula es que yo, Asterión, soy un prisionero. ¿Repetiré que no hay una puerta cerrada, anadiré que no hay una cerradura? Por lo demás, algún atardecer he pisado la calle; si antes de la noche volví, lo hice por el temor que me infundieron las caras de la plebe, caras descoloridas y aplanadas, como la mano abierta. Ya se había puesto el sol, pero el desvalido llanto de un niño y las toscas plegarias de la grey dijeron que me habían reconocido. La gente oraba, huía, se posternaba; unos se encaramaban al estilóbato del templo de las Hachas, otros juntaban piedras. Alguno, creo, se ocultó en el mar. no en vano fue una reina mi madre; no puedo confundirme con el vulgo, aunque mi modestia lo quiera.
El hecho es que soy único. No me interesa lo que un hombre pueda trasmitir a otros hombres; como el filósofo, pienso que nada es comunicable por el arte de la escritura. Las enojosas y triviales minucias no tienen cabida en mi espiritu, que está capacitado para lo grande; jamás he retenido la diferencia entre una letra y otra. Cierta impaciencia generosa no ha consentido que yo aprendiera a leer. A veces lo deploro, porque las noches y los días son largos.
Claro que no me faltan distracciones. Semejante al carnero que va a embestir, corro por las galerías de piedra hasta rodar al suelo, mareado. Me agazapo a la sombra de un aljibe o a la vuelta de un corredor y juego a que me buscan. Hay azoteas desde las que me dejo caer, hasta ensangrentarme. A cualquier hora puedo jugar a estar dormido, con los ojos cerrados y la respiración poderosa. (A veces me duremo realmente, a veces ha cambiado el color del día cuando he abierto los ojos). Pero de tantos juegos el que prefiero es el de otro Asterión. Finjo que viene a visitarme y que yo le muestro la casa. Con grandes reverencias le digo: Ahora volvemos a la encrucijada anterior o Ahora desembocaremos en otro patio o bien decía yo que te gustaría la canalta oAhora verás una cisterna que se llenó de arena o Ya verás como el sótano se bifurca. A veces me equivoco y nos reimos buenamente los dos.
No sólo he imaginado esos juegos; también he meditado sobre la casa. todas las partes de la casa están muchas veces, cualquier lugar es otro lugar. No hay un aljibe, un patio, un abrevadero, un pesebre; son catorce [son infinitos] los pesebres, abrevaderos, patios, aljibes. La casa es del tamaño del mundo; mejor dicho, es el mundo. Sin embargo, a fuerza de fatigar patios con un aljibe y polvorientas galerías de piedra gris he alcanzado la calle y he visto el templo de las Hachas y el mar. Eso no lo entendí hasta que una visión de la noche me reveló que también son catorce [son infinitos] los mares y los templos. Todo está muchas veces, catorce veces, pero dos cosas hay en el mundo que parecen estar una sola vez: arriba, el intrincado sol; abajo, asterión. quizá yo he creado las estrellas y el sol la enorme casa, pero ya no me acuerdo.
Cada nueve años entran en la casa nueve hombres para que yo los libere de todo mal. Oigo sus pasos o su voz en el fondo de las galerías de piedra y corro alegremente a buscarlos. La cremonia dura pocos minutos. uno tras otro caen sin que yo me ensangrinte las manos. Donde cayeron, quedan, y los cadaveres ayudan a distinguir una galería de las otras. Ignoro quiénes son, pero sé que uno de ellos profetizó, en la hora de su muerte, que alguna vez llgaría mi redentor. desde entonces no me duele la soledad, porque sé que vive mi redentor y al fin se levantará sobre el polvo. Si mo oído alcanza todos los rumores del mundo, yo percibiría sus pasos. Ojalá me lleve a un lugar con menos galerías y menos puertas. ¿Como será mi redentor?, me pregunto. ¿Será un toro o un hombre? ¿Será tal vez un toro con cara de hombre? ¿O será como yo?

El sol de la mañana reverberó en la espada de bronce. Ya no quedaba ni un vestigio de sangre.
—¿Lo creerás, Ariadna? —dijo Teseo—. El minotauro apenas se defendió.

[1] El original dice catorce, pero sobran motivos para creer inferir que, en boca de asterión, el número catorce vale por infinitos.

miércoles, 28 de octubre de 2009

Crisis de fe

Cuando eres cristiano, musulman, judio, budista, etc... y tienes una crisis de fe, siempre sabes a que dios debes rezar, a quien debes encomendar tus dudas. Pero cuando ya no crees en nada ni en nadie, ¿a quien encomiendo mi alma, mi corazon, mi vida?

domingo, 5 de julio de 2009

Fingiendo...


"Fingiendo realidades

con sombra vana,
delante del Deseo
va la Esperanza;
y sus mentiras,
como el Fénix, renacen
de sus cenizas"

G. A. Bécquer.

lunes, 29 de junio de 2009

Together we will live forever



Sentado a su lado en la cama, no podia evitar recordar el olor del jardin al caer los primeros copos de nieve del invierno. Cogio su mano mientras sostenía su ultimo aliento, pensando que no habian luchado lo suficiente. Ella, sin embargo, sabia que era el final. Había pensado tantas veces como se iba a despedir, lo que le iba a decir, como le iba a mirar, como se besarían hasta perderse para siempre… que al abrir su boca solo pudo tragar todas las gotas de tristeza que recorrian su rosada mejilla. No lloraba por el miedo, ni por el dolor, si no por que no podría volver a ver un amanecer junto a el nunca mas. Mientras se ahogaba en sus propias lágrimas, recordaba todos los amaneceres que habían compartido. Recordaba con especial cariño todas las mañanas que se escabullía de entre sus brazos para salir por la ventana hasta el tejado del porche. Le gustaban especialmente los días que amenacia nevando. El salía con una manta para cubrir su pequeño y azulado cuerpo, mientras le recriminaba que no hacia nada por cuidarse. Ella, tan alegre y locuaz como siempre, decía que nunca se sentia tan viva y llena de esperanza como en ese momento. Tal vez ese fugaz momento le recordaba como había sido su vida, y la suerte que había tenido. El nunca supo que decirle, solo la abrazaba como si fuera la última vez. No podía soportar la idea de perderla, por eso luchaba por retenerla aquí el máximo tiempo posible. Lo que aun no había entendido, y que le costaria entenderlo todo lo que mas amaba en este mundo, es que para ella no era realmente importante vivir más, si no mejor. Ella sabia que no podía convencerlo de lo contrario, y sabia que cuando se fuera, el lo entendería por fin. Por lo menos tenia el consuelo de que con su marcha, le enseñaría una valiosa lección que le serviría para ser feliz alguna vez en su vida. Durante un pequeño instante pensó que todo era un sueño, que se iba a despertar junto a el en la cama. Entonces se iría a ver amanecer mientras nevaba. Podría ver la nieve otra vez, tan blanca y fría como siempre.

The last man.



Llueve otra vez. Miro por la ventana y el reflejo de la luz en el cristal no me deja ver lo que sucede en la calle. Pero que importa. Vea lo que vea, yo haré que no sea verdad. En mi mente todo es distinto a la realidad. Tal vez este loco. Quizás los demás estén locos. Nadie escucha mi voz. Ni cuando hablo en voz alta yo la escucho. Se que al final todo será silencio, pero yo llevo toda mi vida en silencio. Lo he decidido, hoy voy a bajar a la calle. No puedo, no se que habrá detrás de mi puerta. ¿Y si me pasa algo? ¿Y si me encuentro con alguien que me conoce? No se el tiempo que llevo aquí encerrado. Ni si quiera recuerdo donde estaba antes. Todo lo que recuerdo es estar junto a esta ventana, viendo llover. A veces la misma luz que me deja ver la calle es la que me ciega al reflejarse contra el cristal. Quizás este ciego. Escucho la música lejana de la calle en el salón. Ya no recordaba como era el sonido de las personas al andar, al hablar, al fundirse con la ciudad. Puede que haya olvidado el significado de las palabras, por eso no las entiendo. Debe ser eso. Tendré que volver a estudiar todo lo que aprendí de pequeño. Todo era más fácil antes. No, creo que hoy no saldré. No para de llover y no es probable que deje de hacerlo en todo el día. Quizás mañana salga el sol. Estoy casi seguro de que mañana saldrá el sol. Estoy seguro.

domingo, 21 de junio de 2009

Un año sin ti...

Hoy hace un año que ella despareció repentinamente de mi vida. Si la distancia es un problema habitualmente, cuando pasa algo y estas a varios miles de kilómetros la distancia se convierte en tu peor enemigo. No solo porque un viaje a la otra parte del mundo me costarían casi los ahorros que tengo, si no porque el idioma es una barrera demasiado alta como para poder saltarla.
Bueno, la verdad es que he empezado a hablar de ella y ni siquiera he explicado quien es, ni como nos conocimos, ni como llegó a ser alguien muy importante en mi vida...

Todo empezó un año y pocos meses después de haber terminado una difícil relación de tres años. La historia de esa relación es demasiado larga y complicada como para contarla ahora, pero a modo de resumen digamos que por culpa de esa relación acabe muy distanciado de mis amigos de toda la vida, y aunque por suerte les pude recuperar las cosas nunca han vuelto a ser igual. Además acabe tan quemado que huía de cualquier cosa similar a una relación con otro ser humano. Bueno, pues en este marco es en el que la conocí. Un amigo me envió una invitación para una de esas paginas donde gente de todo el mundo habla y se intenta conocer, o eso dicen. Yo siempre había pensado que la gente que buscaba el amor en chats y sitios parecidos era muy triste. Además no pensaba que se pudiera encontrar gente interesante. En fin, que un día, mas por aburrimiento y curiosidad que por buscar algo, me decidí a entrar y a ver como funcionaba un mundo que me era totalmente desconocido. Después de varios minutos dando vueltas me decidí a entrar a una de esas “salas” donde la gente habla. La verdad es que no me gusto nada el ambiente de las conversaciones, así que decidí ver los perfiles de la gente que estaba en esa sala. Después de intentar hablar con varias personas que ni me contestaron, encontré el perfil de una chica un año menor que yo y que tenia una sonrisa muy bonita. Con mi habilidad natural la salude con un escueto “hola”, y cual fue mi sorpresa al ver que recibí la misma contestación por su parte. Empezamos a hablar de trivialidades: que si de donde eres, que si estas en la universidad, que si que haces en un sitio como este, etc…Después de casi una hora de charla amistosa nos tuvimos que retirar. Por miedo a no volver a encontrarnos nos dimos la dirección de mail personal y de Messenger. Fueron pasando los días y nos encontrábamos de vez en cuando, charlábamos un rato y nos despedíamos hasta que la casualidad nos volviera a unir. Poco a poco, las conversaciones se iban volviendo más personales. Fue entonces cuando descubrí que ella también había salido de una relación muy dolorosa y por lo que había decidido entrar en esa pagina para conocer gente, aunque me reconoció que esperaba encontrar a ninguna buena persona…hasta que, según palabras textuales suyas, me conoció. La verdad es que era un poco raro, porque los dos nos buscábamos en el Messenger, los dos sabíamos el horario de conectarse del otro y nos esperábamos, aun cuando teníamos cosas más importantes que hacer. Con el tiempo establecimos un sistema mediante perdidas bastante básico. Una perdida es que estábamos conectados, si el otro respondía es que se iba a conectar, si no respondía en unos minutos es que estaba ocupado. A parte de la conversación vía internet, establecimos una pequeña correspondencia vía correo ordinario. Yo le enviaba postales de Valencia y de mis recientes viajes a Berlín y posteriormente a Boston, y ella me mandaba postales de su ciudad. Por cierto, no lo he dicho, pero ella es de Kaohsiung (Taiwán) y se llama Chia-Hui Li o Amber para los amigos. Llego un momento que hasta nos llamábamos por teléfono, pero muy de vez en cuando. La relación que en todo momento era de amistad, se volvió en algo mas, los dos lo sabíamos, y un día surgió la conversación. ¿Que soy yo para ti? Esta fue la pregunta que nos hicimos mutuamente, y la verdad es que la contestación la teníamos clara los dos: algo más que amigos. Pero claro, como te vas a plantear algo viviendo a miles de kilómetros. Como te vas a plantear quedar para conoceros en persona si el viaje nos costaría los ahorros de los dos. Era un callejón sin salida, pero aun así nosotros queríamos continuar. Pensábamos en encontrar la forma de poder unir nuestros caminos. Igual fuimos unos ilusos, pero así es el amor.

Y así continuamos durante un año y medio. Hablando de todo lo que se supone que hablan las parejas, desde nuestro posible futuro juntos, hasta de nuestras relaciones pasadas, de sexo, de sueños, de esperanzas…la verdad es que era muy frustrante hablar con alguien especial de esas cosas y luego no poder abrazarla o besarla. Y de repente, en junio del año pasado, desapareció. Yo estaba muy ocupado con mis exámenes, así que no me pareció raro que no coincidiéramos en 2 o 3 semanas. Pero cuando acabe exámenes le envié un mail como otros tantos y no obtuve respuesta. Le llamaba y nadie cogia el teléfono, aunque daba señal. Le seguía enviando mails, y nada. Le enviaba mensajes al teléfono y no conseguía respuesta. Hasta que llego un día que el teléfono dejo de funcionar. “El numero que llama no existe” es lo que me decía una voz femenina en un deficiente ingles. Le he enviado cartas, he seguido insistiendo con los mails y nada. Ha desaparecido de mi vida. Y así lleva un año. Que se supone que debo hacer? Olvidarla como si no hubiera existido? Pasar pagina como otra relación desastrosa en mi vida? Se supone que debo ir a buscarla? Se supone que perdí el tiempo durante el año y pico que estuvimos en contacto? Debo encontrar a otra para olvidarla? Y si realmente le ha pasado algo? Yo creo haberla conocido lo suficiente como para si no quería hablar conmigo mas habérmelo dicho. Vamos, después de todo lo que hablamos, de llegar a plantearnos un futuro común, cosa que si hubiera pensado unos meses antes de conocerla me hubiera parecido una locura. De hecho, tenía un amigo con una novia en la otra punta de España y me parecía una estupidez. Como vas a tener una pareja a la que ves cuatro días cada dos meses? Yo sabia que no podía tener una relación a distancia, por eso nuestro principal objetivo era intentar vernos aunque fuera una vez para ver si realmente había algo como para plantearnos un futuro juntos. Supongo que paso algo que la despertó de nuestro sueño, pero en lugar de despertarme ha dejado que siga soñando durante todo este tiempo. Se que tengo que seguir hacia delante, pero no se como. Además no tengo la facilidad para conocer gente nueva, y aunque la tuviera, me cuesta mucho encontrar una persona que me guste, y si encima le tengo que gustar yo, pues voy listo…pero es que no se si me sentiría bien con otra persona, teniendo lo de Amber sin cerrar…claro, me podéis decir que ya ha pasado un año, que además nunca paso nada realmente entre los dos, etc…pero a todo eso me da igual…yo soy un romántico de los de primera mitad del siglo XIX, yo leía a Bécquer y a toda aquella banda de romanticotes cuando estaba en el instituto…para mi un amor que no sea una causa perdida no es un amor…bueno, igual estoy exagerando un poco…

En fin, que esa es la historia de Amber, la historia de cómo un idiota de Valencia se enamora de una chica que esta a miles de kilómetros y luego ella desaparece. Realmente es la historia de mis relaciones, las chicas con las que he estado siempre me han dado la sensación de estar a años luz de distancia de donde estaba yo…Bueno, tengo que acabar aquí la historia porque el avión está a punto de llegar al aeropuerto internacional de Taipei, donde tengo que coger un autobús hasta Kaohsiung…el resto de la historia la escribiré a partir de ahora…